Mejor que nunca conozcas al olvido.
Amigo de camas vacías, de sabanas con dolor,
camina en sentido contrario al amor
y es un enemigo conocido.
Lo encontré una noche cualquiera,
viví con él un largo tiempo,
mientras prendía el pasado a la hoguera
y olvidaba otro sentimiento.
Se sabe que es largo,
más largo que el amor,
y deja el mismo sabor amargo
que el perfume del rencor.
La noche es triste,
me desvela y me enseña a llorar.
El presupuesto más duro que existe
es el que no te da para soñar.
Y la mañana más negra,
es la que no quiere tener otra.
El sol que se parte con una piedra
el tiempo que se pudre y te azota.
Ojala nunca conozcas al olvido,
lo conocí gracias a ti
y gracias a ti
lo he perdido.
Vive a tu lado como un hermano
pero aunque tire la piedra y esconda la mano,
acostumbra a decir la verdad.
Mejor que no bebas de ese manjar,
es fruto del adiós y del dolor.
Pero la grandeza de olvidar
es hacer pequeño al amor.
Deseo que no lo encuentres,
como yo no encontré a tu noche.
Pero si se te cruza algún día,
no vengas gritando que esa noche era mía.
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