El Ayuntamiento de Madrid ha concedido la Medalla de Oro de la Ciudad al cantautor Joaquín Sabina. Junto al músico han sido galardonados el futbolista Raúl González, el torero José Tomás y la pianista y mecenas Paloma O'Shea.
Según el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, son cuatro grandes nombres de la música, el deporte y el torero cuyas trayectorias profesionales están ligadas a la ciudad de Madrid.
Juan Antonio Samaranch, Alfredo Di Stefano, Alfredo Landa, Pedro Laín Entralgo, Teresa Berganza, Adolfo Suárez, Carmen Martin Gayte y José Hierro son otras personalidades distinguidas anteriormente con la Medalla de Oro de la capital de España.
Además del mes de las flores, mayo es, sin duda, tiempo de festejos en Madrid. Si el día de la Comunidad se celebra oficialmente en Sol, el de San Isidro -sin robar protagonismo a la Pradera- estrenó ubicación: el patio acristalado del Palacio de Cibeles, la joya de la nueva sede del Ayuntamiento.
Al estreno acudieron personalidades de todos los ámbitos y de todas las siglas políticas empezando por el Gobierno central, como la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde o la delegada de Gobierno en Madrid, Amparo Valcarce, representantes sindicales y del mundo empresarial.
Según el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, son cuatro grandes nombres de la música, el deporte y el torero cuyas trayectorias profesionales están ligadas a la ciudad de Madrid.
Juan Antonio Samaranch, Alfredo Di Stefano, Alfredo Landa, Pedro Laín Entralgo, Teresa Berganza, Adolfo Suárez, Carmen Martin Gayte y José Hierro son otras personalidades distinguidas anteriormente con la Medalla de Oro de la capital de España.
Todos, bajo la bóveda de cristal del nuevo patio, asistieron a la entrega de las cuatro Medallas de Oro de la Ciudad que, como cada año, el Ayuntamiento otorga a personajes relevantes de Madrid. Un deportista, un torero, un cantautor y una «rigurosa humanista» –en palabras del alcalde–, han sido los galardonados de esta edición. Los cerca de 400 invitados fueron testigos de cómo Ruiz-Gallardón «colgaba el oro» a cuatro personajes bien conocidos por todos: Raúl González Blanco, José Tomás, Joaquín Sabina y Paloma O’Shea.
Precisamente fue O’Shea, creadora de la Fundación Albéniz, la Escuela Superior de Música Reina Sofía y el Instituto Internacional de Música de Cámara de la Fundación Caja Madrid, la primera en subir al escenario.
La pianista, que dedicó el premio a sus alumnos «porque cada día me dan una lección», reconoció recibir la Medalla con «gran ilusión» porque «que te reconozcan los que trabajan contigo día a día es lo más bonito». Gallardón advirtió que «deberíamos reparar en la fórmula O’Shea», que combina «el sacrificio individual y trato personalizado, único modo de que la cultura sea ante todo una manera de vivir».
Después de O’Shea, le tocaba el turno a alguien que reconocía defenderse mejor en el terreno de juego que ante los micrófonos: Raúl González Blanco. De hecho, como anécdota, se comentaba que antes de comenzar el acto, el futbolista y José Tomás confesaban sentir un poco de «pánico escénico». El madridista recordó sus orígenes en Colonia Marconi y sus primeros partidos en el barrio de San Cristobal de los Ángeles. También aprovechó la ocasión para mostrar su «compromiso para lograr que Madrid sea sede olímpica en 2016».
En su vídeo-homenaje –que el Ayuntamiento preparó para los cuatro «ganadores»–, el ex jugador y Presidente de Honor del Real Madrid, Alfredo Di Stefano, resaltó su «capacidad de entrega». «Hoy compartimos faena», dijo Raúl a su amigo y también galardonado José Tomás, el otro «tímido» de la jornada.
El torero de Galapagar, recordó con especial cariño a su abuelo, quien con quien acudía «cada tarde de San Isidro a Las Ventas». Fue el alcalde quien hizo referencia a la ausencia del diestro en el cartel de esta edición. «Aunque la historia de amor entre José Tomás y Madrid se ha visto interrumpida este año, ésta no se puede romper», apreció Gallardón.
Más acostumbrado a subirse a un escenario estaba el cuarto «madrileño de oro». Joaquín Sabina bromeó diciendo que «por una medalla de Madrid, uno hasta madruga». El jienense afincado en Madrid desde los 30 años pronunció, como no podía ser de otra forma, el discurso más poético. Definió la capital como «el terreno de sueños entre Babilonia y el Paraíso terrenal»; una ciudad «que se deja conquistar desde el momento en que pones un pie en Atocha». Respecto a su vídeo-homenaje, el cantante mostró su lado más irónico: «Sé lo difícil que habrá sido encontrar a quien hable bien de mí. Yo creo que ahí han funcionado los sobres». Sabina se refirió a su compañero de andanzas, Joan Manuel Serrat, presente en el acto, diciendo que «él tiene la Medalla de Barcelona y no se la cambio». El creador de «Pongamos que hablo de Madrid» recordó a la madre de sus hijas Rocío y Carmela, que se mostraban «muy orgullosas» de su padre. Gallardón advirtió que «no se dejen engañar» por este hombre de las «mil máscaras» porque en el fondo es «un clásico».
Así fue la entrega...
¿Por qué a Joaquín Sabina?
En un período de doce años, ha dejado para mi los cinco mejores discos de canción que se hayan hecho en España. Algo casi abrumador...
Javier Krahe
Aún con retraso la noticia lo merecía...