Como pan y agua

Hacía tiempo, mucho tiempo, que no escribía algo. Una canción? Así nació en mi cabeza y así morirá conmigo. Algún día sabré exactamente explicar cual es la diferencia entre una canción y el resto. Nunca he sabido hacerlo, pero créanme que la sé. Y como apoderarse del tesoro de los demás forma parte del decálogo del compositor, si me permiten ese apodo, me lucré de las palabras y heridas de guerra de unos ojos que no mienten. Y yo tampoco mentí. Me has dado una canción; lo siento. La noche, tan sonámbula y cabrona como siempre, hizo el resto. Entendí que era una canción porque no salió de mi cabeza hasta escribirla, porque cuando puse el último punto llegó una bombona de oxigeno muy parecida a los besos. Nunca sabré explicar porque es una canción. Supongo que porque ella llega a oír y ver cosas que el resto no pueden. Yo veo mal y escucho poco. Si salió entonces es porque era una canción. De esas tan necesarias como el pan, como el agua.
Pero no se engañen. Seguramente era la forma más fácil de decirle a esos ojos, que gracias por todo. Que si la guerra se hace larga aquí tiene un soldado más.

Parches de calor


No quiero recordar esos besos,

ni pasar la tarde mirando fotos.

¿Qué fue de todo aquello?

¿Qué quedó de nosotros?


Congelados, viviendo del pasado,

de recuerdos que ya no van

a más lugares que a perder el tiempo.

Se acabó un cuento que no da para más…


Y ya no quiero poner parches de calor

para prender algo que se apagó.

Fue bonito mientras duró.

Pero ya no, lo sabes tú y lo sé yo,

que el tiempo pasa y nada

va a ser otra vez como ayer.


Acomodados en capítulos pasados,

fallan las cuentas de las rentas que tenemos.

¿Cómo lo hacemos si a mi se me encoge el alma?

Si ya la calma se ha mudado a nuestro hogar.


Y el tiempo pasa y tengo frío en verano,

y los gusanos se comen mi corazón.

Que sensación de “corre que se hace tarde”

Hoy llega a casa otro coche que arde por mí.


Y ya no quiero poner parches de calor

para prender algo que se apagó.

Fue bonito mientras duró.

Pero ya no, lo sabes tú y lo sé yo,

que el tiempo pasa y nada

va a ser otra vez como ayer.


Y ya no quiero poner parches de calor

para prender algo que se apagó.

Fue bonito mientras duró.

Pero murió, lo sabes tú y lo sé yo,

que el tiempo pasa y nada

va a ser otra vez como ayer.



PD: Curándome en salud por si algún día mi madre se queda sola en casa.

4 ¿Y tú qué dices?:

Anónimo dijo...

00000OOOoooooo0000oooo H !!!!!


Ya tienes guitarra para hacer canciones?




LRAE






:)

hector dijo...

No LRAE, está al caer, pero tengo el corazón contento y lleno de alegría.
¿Qué es esto? :)

Grimmjow dijo...

Muy guapas estas letras, a ver cuando me la tocas... La canción porsupuesto XD Solo espero q tu proximo tema no se llame IBUPROFENO USADO :P q ya me extrañaba a mi q tanto medicamento y tantos remedios no te jugaran una mala pasada como esta XD
Atentamente: Tu hermano de leche... con canela y limón.
Pd: Nueva horchata hacendado, esta de vicio. Te la recomiendo.

Anónimo dijo...

¿Dónde marchan los minutos cuando pasa uno más? Se evaporan segundos en el aire, mezclándose con una bocanada del enésimo cigarro que consume los pecados de recuerdos casi olvidados. Casi. Quizás siguen ahí como una macabra broma del Destino para que la mente, encadenada, nunca pierda la conciencia de que existieron. Para alimentar el corazón de cenizas, martilleándose absurdamente en la melancolía de una fría noche madrileña.
Al son de una guitarra, imágenes pétreas van emergiendo de la nada para hacerse tan reales, tan presentes como lo fueron. Impidiendo su relevo por otros pensamientos menos mancillados, menos corrompidos por el paso del tiempo. Reviviendo pasiones demasiado oscuras, besos de cartón piedra, recreándose en si mismos agudizando los sentidos. Todos y cada uno de ellos.
Los minutos marchan; algunos, los menos indicados, vuelven sin ser invitados... al son de una guitarra, de una voz quebrada, mancillando un corazón cerrado por derribo.


La rubia de segunda fila.