El jefe despacha su quinto Godó consecutivo en menos de seis horas.
El número 1, levantó ayer su quinto Trofeo en Barcelona, después de derrotar al Alicantino por 6-2 y 7-5. Nadal se marcha a Roma, con otro título en propiedad (recuerden que los trofeos son réplicas) y que sólo cuando consigues cinco llega el original. El de Manacor se lo lleva para casa, después de haber despachado la Copa en menos de seis horas. A saber. Hora y media de partido para derrotar a Gil, (dieciseisavos), a Davidenko (semifinal), y a Ferrer ayer. Si sumamos los 55 minutos en los que ventiló a Rochus, y la más que inteligente desaparición del cuadro de Nalvandian, suman un total de cinco horas y 58 minutos. Poco más de media jornada laboral, y menos de lo que el balear entrena en una semana. El jefe de la arcilla se marcha de Barcelona, sin ceder ni un set, y con tan solo 18 juegos en su contra.
"Rafa hace fácil lo difícil" dijo su ex-capitán de la Davis (Emilio Sánchez Vicario). Sólo así, se explica que haya sabido ganar el torneo y dosificarse al mismo tiempo. En ningún momento de la semana se le ha visto forzar más de la cuenta, ni buscar pelotas inverosímiles, de esas que tanto agradan. Rafa ha sabido controlarse, y administrar sus fuerzas en una semana, en la que hubiera sido mejor descansar, previa a Roma, y al exigente calendario que la ATP, programa para ellos.
Y entre las semanas importantes aparece el Godó, en mala hora, para casi todos. Después de Nadal, el sigueinte cabeza de serie era Verdasco (nº 8 del mundo). Fuera Federer, Djokovic, Murray, Del Potro, Tsonga, Simon, Roddick o Monfils. Demasiadas ausencias para un torneo tan histórico y especial en España. Su presencia en Barcelona, está lazada a sus compromisos publicitarios (el caché que da su presencia) , y al suyo propio que ejerce con la vida igual que con cualquier pelota; sin saber decir No.
La imagen de Nadal, mordiendo una copa, va ligada al domingo. Por si el Renault nos falla, o nuestro equipo pierde. "Menos mal que siempre está Nadal" me decía mi hermano. Y es que a Rafa se le empezará a valorar de verdad cuando no esté. Así es la vida de un grande que gana y gana, y nos mal acostumbra tan y tan mal.